PELO LACIO SIN QUÍMICOS NI CALOR
Sabemos lo que cuesta lograr el alisado perfecto -sobre todo ahora que la humedad se instala en el aire- y, más aún, conseguirlo sin dañar el pelo por el uso de secadores, planchitas o tratamientos químicos. Sí, estos nos ayudan a tener una melena lacia pero también, a la larga, hacen que el cabello se quiebre y debilite propiciando la aparición del tan odiado frizz. Por eso, es importante darle un respiro y salir a su rescate.
Para ayudarte en la tarea, te compartimos una serie de tips que te permitirán obtener un alisado natural, libre de calor y productos que potencialmente puedan estropearlo. Son ideales para las melenas finas levemente onduladas, pero también funcionan en cabelleras con otras texturas. Solo es cuestión de probarlos y combinarlos como quieras hasta alcanzar los resultados que estás buscando. Confiá, porque dan resultados.

1. EL TORNIQUETE DE LA ABUELA
El torniquete -o toca- ha hecho muy felices a muchas mujeres de pelo ondulado desde hace años. Si bien requiere de paciencia y tiene su técnica, una vez que se aprenden los gajes del oficio es fácil de incorporar a la rutina. Existen diferentes métodos según el largo y tipo de cabello, pero las reglas básicas son las mismas para todos. Lo que vas a precisar son muchas horquillas, un peine de púas finas y una buena crema de peinar.
Estos son los pasos que tenés que seguir:
• Aplicá sobre la cabellera mojada -en medios y puntas- una crema de peinar que facilite el desenredado y mantenga el pelo hidratado. TRESemmé Antifrizz es ideal porque su fórmula con keratina y perla logra exactamente eso y además mantiene el frizz alejado por hasta 48 horas, lo que es fundamental si buscás que el alisado dure.
• Peiná cuidadosamente con un peine fino para que el pelo quede bien estirado.

• Trazá una raya al medio y otra desde la coronilla hasta la oreja, y llevá ese mechón hacia delante. Comenzá a sujetarlo con horquillas, tensándola hacia el lado opuesto. La idea es formar una especie de turbante con el propio cabello.

• Rodeá toda la cabeza, hasta llegar a la punta del pelo, colocando más horquillas. Cuanto más largas estas sean mejor porque de esa manera la melena queda más asegurada y tirante. Una vez finalizado el proceso, podés sujetar la cabellera con una redecilla.
• Esperá a que el cabello se seque -esto lleva entre tres y cuatro horas-. Si querés reforzar los resultados, podés hacer el mismo procedimiento, pero para el lado contrario.

• Retirá todas las horquillas, peiná y aplicá un sérum como el Oil Radiante de TRESemmé, con aceite de argán y almendras, para proteger aún más cada fibra.
2. SECADOR CON AIRE FRÍO
Seguramente ya seas una experta en el uso del secador para alisar el pelo luego de cada lavado, pero esta vez te proponemos un cambio: que alternes el aire caliente con el frío. Sí, está comprobado que así el daño es menor. ¿Cuál es el procedimiento? Aireá el cabello mojado con calor hasta que esté levemente húmedo y luego dividí tu melena en secciones como hacés regularmente. Es entonces donde tenés que hacer el switch: terminá de secar con aire frío moviendo constantemente el secador de la raíz a la punta y estirando cada mechón con un cepillo. De esta manera, la tensión que generás con el peinado permitirá alisar la fibra, aunque no utilices aire caliente. ¡Listo! Puede ser que demores más que de costumbre, pero le estarás haciendo un favor a tu cabellera.
3. MÁSCARAS DE TRATAMIENTO
Además de hidratar el pelo y dejarlo más brilloso, las máscaras de tratamiento que restauran proteínas pueden hacer que el cabello ondulado luzca más relajado y, por tanto, tenga una apariencia más lacia. Por eso, es bueno aplicarlas con regularidad, una vez por semana o cada quince días. Tené constancia, de esta manera no solo repararás la melena dañada, sino que lograrás darle un efecto sedoso y alisado. Te recomendamos que optes por una opción casera para poder incluir alguno de estos ingredientes perfectos: huevos, miel, palta y aceite de coco o almendras.
4. RULEROS
Puede sonar vintage, pero los ruleros son excelentes aliados si de alisar el pelo de modo natural se trata. La clave es la siguiente: dividí tu melena en secciones y enrollá cada uno cuidadosamente, en forma tirante para lograr una tensión y así moldear el rulo. Es necesario que lo hagas con el cabello mojado para marcar bien cada mechón y obtener los mejores resultados. También se recomienda aplicar una crema de peinado antes de comenzar, para aportar una inyección de hidratación. Podés irte a dormir con ellos -sí, puede ser un tanto incómodo- o dejarlos hacer su magia hasta que la cabellera esté completamente seca. Si querés acelerar el proceso, podés recurrir a un secador y airear el pelo con aire caliente, pero solo por pocos minutos. Una vez que los retires, puede ser que notes un exceso de volumen u ondas en la raíz, pero no te preocupes, tiene solución: podés recurrir a la técnica del torniquete para marcar aún más el peinado.
Tené en cuenta que cuanto más grandes sean los ruleros (de mayor diámetro), más lacia quedará la cabellera. ¡Abstenete de elegir lo más chiquitos porque van a generar el efecto contrario! Además de estirar el pelo, estos accesorios agregan volumen y aportan un look de estrella de Hollywood de la década de 1930.

5. PRODUCTOS ALISADORES
Esta es una buena forma de empezar: armarte de una batería de productos con propiedades alisadoras. Hoy en día podés encontrar shampoos, acondicionadores, sprays y máscaras de tratamiento que ayudan a relajar la fibra y reducir el frizz. Podés experimentar hasta encontrar aquellos que sean ideales para tu pelo y efectivamente te permitan verlo más lacio. TRESemmé cuenta con su línea Liso Keratina que fue elaborada específicamente con el fin de controlar el frizz y aportar una dosis extra de brillo.
También se recomienda utilizar algún aceite natural como el de coco, macadamia, almendras o argán, ¿por qué? Porque como penetran profundamente en el folículo, sellan y reparan las células desde el interior logrando que el cabello luzca más sedoso y se mantenga así por más tiempo. Antes de aplicarlos, lo ideal es que les des un toque de calor colocándolos en tus manos y frotándolos entre ambas palmas para que después puedas repartirlos más parejamente en los largos de tu melena. Recordá siempre usar una mínima cantidad para que la cabellera no quede grasa.

